Si ayer celebrábamos que en Argentina se salvó a un niño de sus padres antivacunas, hoy deberíamos estar eufóricos.Un equipo de científicos ha conseguido seguir las labores de vacunación contra la poliomielitis en Pakistán, a pesar de los intentos de un fanático, fundamentalista que prometió una guerra religiosa contra estos esfuerzos:
















