En Reino Unido, un predicador cristiano que se dedica a reclutar adultos jóvenes y lavarles el cerebro con sus fantásticos cuentos de hadas, le recomendó a una víctima de abuso sexual que no reportara el caso a la Policía.
El tipo estaba más preocupado por la reputación de la iglesia que por la agresión sexual:
El tipo estaba más preocupado por la reputación de la iglesia que por la agresión sexual: