Decir que el gobierno del presidente Juan Manuel Santos no ha sido respetuoso con el laicismo es quedarse corto.
Ahora, mientras adulaba a los credófilos de la Misión Carismática Internacional G12, Santos básicamente arrastró la Constitución por el lodo y luego la escupió al querer mezclar -bastante literalmente- la superstición con la política:
Ahora, mientras adulaba a los credófilos de la Misión Carismática Internacional G12, Santos básicamente arrastró la Constitución por el lodo y luego la escupió al querer mezclar -bastante literalmente- la superstición con la política: