En el 2013, la gobernación de Santander inició el Cerro del Santísimo, una inmensa estatua religiosa que le costó la mitad de las regalías al departamento. Por su obvio violación al Estado laico, la estatua fue demandada, pero el juez permitió su construcción, con unos argumentos más bien endebles. La obra fue finalizada la semana pasada.
Ahora, el Tribunal Administrativo de Santander revirtió la decisión del juez y ordenó cambiarle el nombre a la estatua y reponer los recursos: