Apenas salió la 'encíclica ambiental' del papa Francisco, muchas personas —incluso ateos— lo ensalzaron sin detenerse a analizar sus palabras. Así, supuestos progresistas terminaron promoviendo una encíclica que arremete contra el aborto y los anticonceptivos.
Afortunadamente, las voces de la razón han empezado a notar los puntos flacos de la dichosa 'encíclica ambiental'. El primero fue Lawrence Krauss en una columna invitada para Scientific American: