Un tema recurrente en los círculos ateos es la diferencia numérica entre hombres y mujeres no-creyentes — este patrón ha sido observado no pocas veces. Por ejemplo en el censo ateo mundial que se puso en marcha en 2012 (quienes no han participado, todavía pueden hacerlo) y cuyos resultados son bastante dicientes: sólo un 26,2% de la población que se identifica como atea o no creyente está compuesta por mujeres.
En marzo, el Pew Research Center publicó un estudio que explora la brecha de género en la religiosidad. A pesar de que son interesantes, sus hallazgos son motivo de perplejidad.