A finales de 2015
se anunció la canonización de
Agnes Gonxha Bojaxhiu —alias
Teresa de Calcuta—, hecho que se consumará mañana.
Quienes no creemos en la santidad
ad populum nos hemos tomado la molestia de averiguar
qué había detrás de Teresa de Calcuta y nos encontramos con la desagradable sorpresa de que doña Agnes
fue un ser humano repugnante, una sádica hipócrita que disfrutaba con el sufrimiento ajeno y la pobreza, y cuyas casas de enfermos realmente eran museos donde se exponía con morbo a los moribundos. (Y sus 'milagros' son
fraudes como la copa de un pino.)
Aunque
Christopher Hitchens fue quien más denunció las atrocidades de Teresa de Calcuta, ciertamente no fue el único — por ejemplo, esta semana el
New York Times hizo un
reportaje sobre el médico indio
Aroup Chatterjee, quien lleva más de 20 años denunciando los excesos de Teresa de Calcuta, su putrefacta orden misionera y su 'legado':