Para cerrar bien la semana: hace unos días, al Concejo de Cartagena llegó un proyecto para acabar con las oraciones diarias de la corporación, una agradable muestra de respeto a la Constitución de los cabildantes locales.
En el desarrollo del proyecto, se retiró un Cristo del salón de las plenarias:
Aunque a mí no me parece ni remotamente interesante, la vida de Diomedes Díaz fue llevada a la pantalla chica por RCN — una novela basada en la vida del cantante que, seguramente, como suele ocurrir en estos casos, se tomará licencias creativas para hacer la trama más interesante; nada del otro mundo.
Pues la comunidad indígena arhuaca decidió ofenderse por cómo son representados en la novela, y exigen retirar esas imágenes:
Después de un patético berrinche porque el Gobierno reguló la eutanasia —que es legal en Colombia hace 17 años—, la Iglesia decidió llevar las cosas a otro nivel y chantajear al Gobierno, amenazando con cerrar los hospitales a su cargo.
Ante esta postura rematadamente cretina, las organizaciones ateas del país emitieron un comunicado de prensa conjunto que, aunque es breve, pone los puntos sobre las íes:
Buena parte de la investigación psicológica ha concluido que creer en dios está asociado positivamente con una mejor salud mental que ser ateo. Estas investigaciones han tenido graves problemas metodológicos, como meter en un mismo grupo a los creyentes de baja religiosidad y a la población secular, y reducir la creencia en dios al cristianismo.
Hace dos meses, la alcaldía de Gustavo Petro anunció su intención de hacer más de un día sin carro al año así que, gracias a ese ese arranque colectivista que parece requisito para ser alcalde de Bogotá, hoy estamos repitiendo jornada liberticida.