He explicado hasta el hartazgo que los mensajes que consideramos erróneos, inadecuados, malos, pervertidos, molestos, inoportunos, incómodos y perjudiciales no deben ser censurados.
Primero, porque atenta contra la libertad de expresión, que se le debe respetar a todos los individuos de la sociedad: desde los estúpidos neonazis hasta los estúpidos neoestalinistas.
Segundo, porque los seres humanos tenemos un órgano muy importante llamado cerebro que nos capacita para la recepción crítica y en razón del cual no nos tragamos todo lo que nos dicen.