La
Fundación John Templeton es el ícono por excelencia del acomodacionismo. Su principal misión es promover el "diálogo" entre ciencia y religión, lo que en palabras castizas y coloquiales significa que quieren que la Ciencia acepte la premisa de dios sin que esta haya sido probada (¿y qué puede ser más anticientífico que establecer una conclusión para luego ir a tratar de probarla?).
El caso es que la dichosa Fundación cuenta con muchísimo dinero que destina a promover la idea de que dios sí existe y a comprar consciencias de científicos poco honestos y sedientos de fondos. Pero no todo se lo gastan en eso. También existe el
Premio Templeton, que se entrega anualmente a "una persona viva que haya hecho una contribución excepcional a afirmar la dimensión espiritual de la vida, ya sea a través de una idea, de un descubrimiento, o de alguna acción concreta".
Y a que no adivinan
quién fue esa persona este año: