Hace unos meses critiqué el enfoque con el que Silvia Alba abordaba el tema del feminismo porque según ella, la publicidad enfocada a los mujeres debería ser igual que la que tiene como público objetivo a los hombres. Por supuesto, yo no podría estar más en desacuerdo y así lo expresé.
Gracias a la evolución, los sistemas de atracción -o mejor, de celo- masculino y femenino tienen diferencias fundamentales insalvables que por muy feminista que uno sea, resulta obtuso pretender ignorar. No pocas veces me he ganado el adjetivo de "machista" (?) por poner esto de manifiesto. Ahora resulta que me encuentro con esta joya de Marianne Ponsford, directora de la Revista Arcadia:
Gracias a la evolución, los sistemas de atracción -o mejor, de celo- masculino y femenino tienen diferencias fundamentales insalvables que por muy feminista que uno sea, resulta obtuso pretender ignorar. No pocas veces me he ganado el adjetivo de "machista" (?) por poner esto de manifiesto. Ahora resulta que me encuentro con esta joya de Marianne Ponsford, directora de la Revista Arcadia: