Esto es increíble. A uno lo pueden robar en frente de un agente de Policía y es muy probable que él no haga nada.
Pero cuando se trata de acosar a la prensa y censurar la libertad de expresión, la efectividad policial llega a extremos sorprendentes:
Pero cuando se trata de acosar a la prensa y censurar la libertad de expresión, la efectividad policial llega a extremos sorprendentes: