Hace unos días, la IARC reclasificó el glifosato como probablemente cancerígeno (2A), causando la euforia de millones de enemigos ideológicos del glifosato (que celebraron cuando su supuesto mayor miedo parecía ser confirmado [?]).
Ahora, el Ministerio de Salud le ha pedido al Consejo Nacional de Estupefacientes que suspenda la aspersión aérea de glifosato, invocando supuestos riesgos para la salud: