Lo que a nadie la va a gustar.
Se veía venir la destitución de
Gustavo Petro, y finalmente
se hizo realidad.
Alejandro Ordóñez destituyó e inhabilitó al burgomaestre de Bogotá por 15 años, lo legalmente más cercano a matar a alguien, como alguna vez
añoró Ordóñez en una conferencia en México para con cualquiera que fuera remotamente liberal.