Desde hace unos años, se ha puesto de moda criticar el movimiento escéptico — la tendencia existe en las sociedades anglosajonas, así que sólo era cuestión de tiempo para que ocurriera con el escepticismo en español (con el disfraz de una nota de prensa, en todo caso; pues los ataques personales, los blogs anti-debunkers y las difamaciones a los escépticos en español son la reacción casi por defecto de quienes no tienen las evidencias para defender una creencia irracional a la que le tienen afecto, o de la que viven).
En este caso, la nota anti-escéptica fue escrita por un tal Fermín Grodira para El Confidencial, donde acusa a los escépticos de arrogantes, maniqueos y endogámicos (y sólo vamos en el título). Grodira no escatimó en cargos contra el movimiento, así que hago un intento por agrupar sus acusaciones (y más o menos tratar de darles sentido):