Hace poco, alguien cercano a mí fue a dictar un curso a Honduras. Allá, no le permitieron salir del hotel y sólo se podía movilizar en carro.
La situación interna del país es desastrosa: los grupos del crimen organizado han alcanzado números insospechados, salir a la calle a plena luz del día es peligroso (y durante la noche ni planteárselo) y el rito iniciático para hacer parte de las pandillas o maras, es matar a una mujer. Al igual que el resto de Centroamérica, la situación de desorden público interno se ha visto fuertemente incrementada por los dineros del narcotráfico. Y de todas las opciones que tenía el gobierno hondureño para hacer frente a la situación, eligió la más inútil y estúpida de todas:
La situación interna del país es desastrosa: los grupos del crimen organizado han alcanzado números insospechados, salir a la calle a plena luz del día es peligroso (y durante la noche ni planteárselo) y el rito iniciático para hacer parte de las pandillas o maras, es matar a una mujer. Al igual que el resto de Centroamérica, la situación de desorden público interno se ha visto fuertemente incrementada por los dineros del narcotráfico. Y de todas las opciones que tenía el gobierno hondureño para hacer frente a la situación, eligió la más inútil y estúpida de todas: