Hace poco, alguien cercano a mí fue a dictar un curso a Honduras. Allá, no le permitieron salir del hotel y sólo se podía movilizar en carro.
La situación interna del país es desastrosa: los grupos del crimen organizado han alcanzado números insospechados, salir a la calle a plena luz del día es peligroso (y durante la noche ni planteárselo) y el rito iniciático para hacer parte de las pandillas o maras, es matar a una mujer. Al igual que el resto de Centroamérica, la situación de desorden público interno se ha visto fuertemente incrementada por los dineros del narcotráfico. Y de todas las opciones que tenía el gobierno hondureño para hacer frente a la situación, eligió la más inútil y estúpida de todas:
Claro: porque la forma de mejorar el comportamiento de sus tombos es adoctrinarlos en una de las ideologías más totalitarias y totalizantes que ha conocido la humanidad y que propugna por el desconocimiento de los derechos humanos de muchos colectivos, como el de los homosexuales y las mujeres. Ahora los policías empezarán a dudar de la invalidez del rito iniciático mara y de la validez del artículo 77 de la Constitución hondureña.
(dato: Pirituyo)
La situación interna del país es desastrosa: los grupos del crimen organizado han alcanzado números insospechados, salir a la calle a plena luz del día es peligroso (y durante la noche ni planteárselo) y el rito iniciático para hacer parte de las pandillas o maras, es matar a una mujer. Al igual que el resto de Centroamérica, la situación de desorden público interno se ha visto fuertemente incrementada por los dineros del narcotráfico. Y de todas las opciones que tenía el gobierno hondureño para hacer frente a la situación, eligió la más inútil y estúpida de todas:
El presidente Porfirio Lobo tomó la decisión de evangelizar a la Policía Nacional después de una serie de críticas por la muerte de dos jóvenes, presuntamente asesinados en octubre pasado por miembros de la corporación.
Una de las víctimas era hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos. Con este crimen, las fuerzas de seguridad se colocaron de nuevo en el centro del debate.
A partir del golpe de estado de 2009, la PN fue acusada por organismos internacionales de cometer violaciones a los derechos humanos. Desde que Lobo asumió la presidencia, en enero de 2010, uno de los principales reclamos fue depurar a las fuerzas policíacas.
La demanda se repitió tras el asesinato de los jóvenes. El presidente Lobo despidió a algunos mandos de la PN, pero luego decidió ir más allá y solicitó a Emiliani, obispo auxiliar en la Diócesis de San Pedro Sula, que evangelizara a los policías.
Claro: porque la forma de mejorar el comportamiento de sus tombos es adoctrinarlos en una de las ideologías más totalitarias y totalizantes que ha conocido la humanidad y que propugna por el desconocimiento de los derechos humanos de muchos colectivos, como el de los homosexuales y las mujeres. Ahora los policías empezarán a dudar de la invalidez del rito iniciático mara y de la validez del artículo 77 de la Constitución hondureña.
(dato: Pirituyo)
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