Hace unos días el crucero Costa Concordia se hundió en las aguas de Italia.
Gracias a las labores de rescate y la rápida acción, se minimizó el número de víctimas. Sin embargo, tanto el presidente Santos como los supervivientes colombianos le agradecieron a dios porque estos últimos no estuvieron entre los muertos del accidente.
Guardando las proporciones (entre un crucero encallado y un carro bocabajo), aquí hay una idea de cómo expresar la gratitud, de forma más realista, por seguir vivos tras un accidente:
Y yo no puedo más que agradecerle que se haya puesto el cinturón de seguridad para que pudiera vivir para contarlo y mostrarnos cómo ser más realistas al comprender la maravillosa oportunidad de seguir viviendo al salir ilesos de un accidente.
(visto en Friendly Atheist)
Gracias a las labores de rescate y la rápida acción, se minimizó el número de víctimas. Sin embargo, tanto el presidente Santos como los supervivientes colombianos le agradecieron a dios porque estos últimos no estuvieron entre los muertos del accidente.
Guardando las proporciones (entre un crucero encallado y un carro bocabajo), aquí hay una idea de cómo expresar la gratitud, de forma más realista, por seguir vivos tras un accidente:
Agradecí aDios y a Jesústodos los maravillosos desconocidos que se detuvieron y me ayudaron cuando yo estaba tan conmocionada; el conductor del camión que llamó al 911 por mí, los dos chicos que durante unos 25 minutos dirigieron el tráfico y se aseguraron de que los otros carros no tuvieran un accidente mayor, y todo el fuego y los otros chicos. E incluso la policía, que estuvo muy bien, no me anotaron ni me pusieron nerviosa, y (más importante) no me citaron (ya que sólo fue unActo de Diosdesafortunado accidente).
Así que yo estaba allí de pie esperando que ellos giraran mi carro y lo remolcaran, y a mi amigo para que me recogiera para que yo pudiera ayudarle con su proyecto (sí, aún así le ayudé. Pero él me compró una cena con postre, así que fue todo bien, jaja). Y caí en cuenta, demonios, esto podría haber sido mucho peor y me tomé el tiempo paracontar mis bendicionesevaluar las cosas buenas.
Tenía puesto mi cinturón de seguridad. Si no, podría haber sido medio lanzada por la ventana, o haber quedado gravemente maltratada o incluso haber muerto. El cinturón de seguridad hizo un gran trabajo para evitar que todo eso sucediera. Así que estaba agradecida con los diseñadores del cinturón de seguridad y con los que lo hicieron.
Y yo no puedo más que agradecerle que se haya puesto el cinturón de seguridad para que pudiera vivir para contarlo y mostrarnos cómo ser más realistas al comprender la maravillosa oportunidad de seguir viviendo al salir ilesos de un accidente.
(visto en Friendly Atheist)
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