Ayer nos reímos de cómo el bufonesco pastor evangélico Miguel Arrázola explota los miedos de su rebaño para entrometer su superstición en política, pero él no es el único — en un estremecedor reportaje de Noticias Uno, se comprobó que este no es un caso aislado, sino que los pastores de las iglesias evangélicas más grandes del país aprovechan sistemáticamente sus cultos para promover una opción política (que en estos días son las posiciones alrededor del plebiscito por la 'paz'). Con nombre propio, son: Eduardo Cañas, César Castellanos, Jorge Enrique Gómez y Ricardo Rodríguez.
Yo iba a denunciar todo este tinglado, pero mi amigo Andrés Sánchez se me adelantó en un post titulado Dad al César: