Habíamos quedado en que mi alma máter, la gloriosa Universidad Externado de Colombia está siendo atacada por el exfiscal Eduardo Montealegre en un cutre intento de venganza contra el rector Juan Carlos Henao, porque este protegió las arcas de la casa de estudios de la voraz hambre burocrática del primero.
Al parecer, el rector Henao contestó el derecho de petición de Montealegre dándole una lección de derecho constitucional que haría que cualquier abogado que se respete devolviera su diploma y dedique el resto de sus días a la orfebrería. (Digo que parece, porque la respuesta fue publicada por una dudosa cuenta en Twitter creada para darle un barniz de seriedad a los embates del voraz exfiscal; las criaturitas detrás de la cuenta tienen, además, la simpática idea de que bloquearlos en una red social equivale a censurarlos, y tampoco han revelado cómo es que han obtenido la correspondencia que iba dirigida a Montealegre — vamos, que son a la honestidad intelectual lo que la Iglesia Católica es a denunciar curas pederastas.)
Aunque inicialmente sólo le daba tímidos retweets a los trinos del profesor Néstor Osuna, el columnista y profesor Ramiro Bejarano finalmente abordó el tema en su columna de esta semana, titulada Externado... ¡presente! Su versión de los hechos es, cuando menos, pintoresca: