Me estaba sintiendo lo suficientemente incómodo de compartir un punto de vista con la Iglesia Católica (y de defender su nombre) El secretario de la Conferencia Episcopal, Juan Vicente Córdoba, debía sentirse a su vez en pecado mortal por estar defendiendo posiciones humanitarias y progresistas en vez de cristianas, o sea discriminatorias.
Pero todo ha vuelto ala normalidad. Recibo como una fresca brisa de tranquilidad que hayan vuelto a su usual, retorcida y enferma postura cavernícola de discriminación, odio y estupidez:
Pero todo ha vuelto ala normalidad. Recibo como una fresca brisa de tranquilidad que hayan vuelto a su usual, retorcida y enferma postura cavernícola de discriminación, odio y estupidez: