El primer matrimonio de Carl Sagan fue con la bióloga Lynn Margulis, con quien tuvo dos hijos: Dorion y Jeremy. Lamentablemente, Margulis fue negacionista del sida y conspiracionista del 11-S.
Los charlatanes han puesto de moda lanzar retos para afianzar sus delirios anticientíficos (hola Deepak Chopra). El chiste ya le costó a un un negacionista climático.
Ahora el turno fue para Stefan Lanka, un biólogo alemán que fue condenado a pagar —€100.000°°— cuando le probaron que el sarampión sí existe:
La secta cristiana Pare de Sufrir está creando milicias, y sus soldados tienen el ridículo nombre de Gladiadores del Altar. Aunque las primeras milicias aparecieron en el país original de la secta, Brasil —donde ya va por los 4.300 militantes—, la idea ya ha hecho metástasis.
Muchas personas creen en el alma y no es difícil entender por qué: tener alma significa que sobrevivimos a la muerte. Sin embargo, no hay evidencia que sustente la existencia del alma.
En febrero, un estudiante del colegio Dámaso Zapata (Bucaramanga, Santander) pidió que lo eximieran de la clase de religión porque, a pesar de que el colegio es público, la asignatura es usada para hacer proselitismo católico —algo que las directivas del colegio negaron enfáticamente, mintiéndole al diario Vanguardia—.
Pete Evans es un chef australiano y presentador de televisión que, aunque no tiene formación médica, tiene opiniones, dijéramos, 'peculiares', como oponerse a la fluorización del agua.
Pues Evans escribió un libro promoviendo una dieta paleolítica — ahí recomienda no darle leche materna a los recién nacidos sino una fórmula 'paleo', lo que hizo que la publicación del libro fuera puesta en stand-by:
Hace un año, el Consejo Nacional de Salud y de Investigación Médica de Australia (NHMRC) publicó una gran revisión de la evidencia sobre homeopatía, que concluyó que la homeopatía no funciona (d'uh!).
Ahora el NHMRC de publicó un nuevo reporte que, tras revisar 255 estudios sobre homeopatía, llegó a la misma conclusión una vez más:
Hace unos días, el librepensador Avijit Roy y su esposa Rafida Bonya Ahmed fueron apuñalados sin misericordia en Bangladesh cuando volvían a su casa. Roy murió y Rafida quedó en estado crítico.
Afortunadamente, ella se ha recuperado y antier hizo su primera declaración pública: