Desde que
Alejandro Ordóñez está a cargo de la Procuraduría General de la Nación, la entidad se ha vuelto una sucursal de la Santa Inquisición y en vez de velar por los Derechos Humanos de los ciudadanos —su función constitucional—,
se ha vuelto un órgano de facto para imponer la miserable visión católica a todos los colombianos. Por estos delirios filofascistas, la Corte Constitucional ya le ha
llamado la atención a Ordóñez, pero al tipo eso le trae
sin cuidado.
Uno de los fetiches de Ordóñez es recopilar datos privados —llegando al extremo de
violar la reserva judicial— para perseguir a mujeres que han abortado, homosexuales y verdaderos defensores de derechos humanos. Y ahora, por n-ésima vez, la
Corte 'regañó' Ordóñez por desperdiciar así los recursos de la Procuraduría e inducir a error a jueces y notarios: