Hace dos meses, los magufos alrededor del mundo salieron a celebrar porque un jurado en California condenó a Monsanto-Bayer a pagar casi $ 300 millones de dólares por daños al jardinero Dewayne Johnson porque supuestamente su marca de glifosato, el RoundUp, le habría causado cáncer. En su momento señalamos que la relación causal entre glifosato y cáncer no está soportada por la evidencia, y que la opinión un jurado no reemplaza los estudios revisados por pares y publicados en revistas indexadas de amplia trayectoria y alto factor de impacto.
No importó. Es más, los abogados de Johnson habían alegado que el cáncer no era causado por el glifosato en general, sino específicamente por el de Monsanto — de nuevo, sin evidencias. Y de nuevo, no importó: para los activistas, que 12 personas equis sin ningún entrenamiento científico consideraran que una marca de glifosato causa cáncer equivalía a la prueba reina de que todo el glifosato causa cáncer. Vamos, que fue una orgía de razonamiento motivado y sesgo de confirmación buenrollista.
Según informa Associated Press, la Juez del Tribunal Superior de San Francisco Suzanne Bolaños está considerando anular la sentencia del jurado porque —como señalamos los escépticos—, no hay evidencia de que el glifosato cause cáncer: