La histeria antivacunas suscitada en Carmen de Bolívar podría tener una explicación científica. El presidente Juan Manuel Santos dijo que era un fenómeno de "sugestión colectiva" y razón no le falta.
Técnicamente se trata de una enfermedad psicógena masiva:
Cuando se administran vacunas a grupos, las reacciones físicas de los beneficiarios pueden ser similares, causando una forma de respuesta masiva, el mismo mecanismo de reacciones en masa para otras causas. Estos fenómenos se han clasificado como enfermedad psicógena masiva (EPM), y se han definido como la aparición colectiva de una constelación de síntomas sugestivos de enfermedad orgánica, pero sin una causa identificada en un grupo de personas con creencias compartidas acerca de la causa del (de los) síntoma(s). Una revisión de la literatura muestra que estos brotes han sido reportados en diferentes entornos culturales y medioambientales, incluidos los países en desarrollo e industrializados, en el lugar de trabajo, en el transporte público, en las escuelas, y las fuerzas armadas. Las amenazas percibidas han sido en contra de agentes tales como la intoxicación por alimentos, el fuego y los gases tóxicos. Sea cual sea el lugar o la amenaza percibida, la respuesta parece ser similar. Los síntomas generalmente incluyen dolor de cabeza, mareos, debilidad y pérdida de la conciencia.
Una vez en marcha, las EPM no son fáciles de detener. Los incidentes reportados en la literatura muestran que pueden recabar impulso rápidamente y ser amplificados por la prensa que disemina información rápidamente, escalando los eventos. El manejo de estos eventos en masa puede ser extremadamente difícil. ¿Debería el funcionario de salud pública responsable seguir intentando determinar la causa, o debería esta persona suspender toda la investigación? Aquí se sugiere que una vez que se identifican las vacunas como causa probable del fenómeno, un enfoque despectivo en realidad puede ser dañino. A menos que el portavoz ya haya ganado un alto nivel de confianza, el público no es susceptible de ser convencido fácilmente de que no había nada malo con la vacuna hasta que se haya probado.
Una mayor conciencia de las EPM por parte de los organizadores de futuras campañas de vacunación en masa parece adecuada. Los gestores de inmunización deben ser conscientes de que las campañas de vacunación masiva pueden generar este tipo de reacciones en masa. Por tanto, es esencial que se perfeccionen los sistemas de vigilancia/seguimiento para reportar eventos adversos antes de las campañas. La campaña masiva de vacunación contra la viruela debe ir acompañada de un sistema de vigilancia capaz de distinguir entre varios casos de reacciones a las vacunas convencionalmente entendidas y los brotes de enfermedad psicógena masiva.
Algo que los antivacunas aprovechan para seguir traficando miedo.
(vía Fernando Uarquin | Imagen: VCU CNS via photopin cc)
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