Kaveh Mousavi explica paso a paso qué es una decisión libre:
Cuando te pido que elijas entre una manzana o un banano, eres libre de elegir la fruta que prefieras. Pero si pongo las manzanas en la caja A y los bananos en la caja B, y tú no eres consciente de los contenidos de las cajas, y te pido que elijas entre una de las cajas, realmente no hiciste una elección de refrigerio, sino que apostaste, el simple azar decidió tu refrigerio. Por tanto necesitas estar informado de tus opciones, de lo contrario, no es una elección real.
Esto suena muy obvio, pero vayamos más lejos.
Ahora imagina que yo me voy a beneficiar si eliges una manzana y yo perderé dinero si eliges un banano. Te diré que ocho manzanas al día mantendrán alejado al médico y que los bananos causan cáncer. Tú confías en mí, y crees mi mentira, por lo que eliges la manzana.
Tu elección todavía no es una decisión libre. Es libre en el sentido de que no te he atado y metido la manzana por la garganta, pero no es libre en el sentido de que es una manera ligeramente sutil de ponerla en la caja.
Así que se puede argumentar que en una de las muchas formas que toma la libertad, ninguna decisión es libre a menos que sea una elección informada.
Mousavi reconoce que si la sociedad distorsiona las opciones, el conocimiento de las mismas se ve alterado y por tanto se impide la realización de decisiones libres.
La crítica se hace extensiva a sistemas culturales dominantes como la religión y el nacionalismo, que nublan el juicio de las personas y distorsionan sus opciones, impidiendo que elijan libremente.
(Imagen: ThomasThomas via photopin cc)
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