El fin de semana, el expresidente
Álvaro Uribe Vélez dijo en
Twitter que el columnista
Daniel Samper Ospina era un "
violador de niños", así sin ninguna evidencia, ni nada. Samper Ospina respondió que no se dejaría amedrentar por el matoneo del expresidente, y los periodistas colombianos —incluyendo varios que definitivamente simpatizan con Uribe— rompieron
Twitter en un acto de solidaridad con el columnista.
En un documento titulado
Punto final consignaron el rechazo a las tácticas de intimidación a la prensa a las que recurren el expresidente y sus esbirros. Ante esto, el uribismo cerró filas alrededor de su amo mental.
Así que aprovecho para hacer una disección de este asesinato moral contra Daniel Samper Ospina, y poner de manifiesto la cruzada puritana en la que se ha montado el uribismo, y la gimnasia mental que tocó hacer para seguir defendiendo lo indefendible —la calumnia de Uribe— y las patéticas justificaciones morales que se han rebuscado.