Por segundo año consecutivo, el Festival de Verano de Bogotá se realiza sin la contaminación religiosa de Bogotá Gospel, concierto religioso que los cristianos han pretendido que paguemos todos los contribuyentes, evangélicos o no — la programación del Festival está limpia.
En el 2013, el concierto se canceló en medio de un rifirrafe entre la alcaldía de Gustavo Petro y la bancada cristiana del Concejo (supongo que ya se arreglaron, pues Petro les promovió el asalto al Estado).
En el 2012, los ateos de Bogotá hicimos presencia pacífica en el concierto, algo que fue respondido con mucho amor cristiano: patadas, puños, violencia, provocaciones y destrucción de nuestra propiedad.
Espero que los cristianos puedan hacer su concierto, siempre y cuando lo paguen ellos en su totalidad, ya que Colombia es un estado laico.
No pretendo prohibir su música, ni imponer mis gustos, o unas letras determinadas — sólo quiero que el fruto de mi trabajo no se desperdicie patrocinando religiones ajenas (hay que tener esto en cuenta antes de que empiecen con los discursos moralistas o, peor aún, las mentiras con las que han pretendido justificar el concierto).
Y ustedes, ¿a qué plan del Festival de Verano van a ir?
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