lunes, 15 de julio de 2013

Bogotá Gospel, victoria del Estado laico

Hace un año, supimos de Bogotá Gospel, un concierto cristiano que la homófoba concejal y pastora evangélica Clara Sandoval había conseguido que el Distrito financiara.

En ese momento, le escribí al alcalde Gustavo Petro para que respetara el Estado laico y no despilfarrara los recursos de todos los contribuyentes bogotanos en promover una superstición privada. Petro no atendió el llamado y el concierto se hizo; nosotros fuimos y recibimos toneladas de amor cristiano en forma de puños, patadas y la destrucción de nuestra propiedad (y de estúpidas comparaciones con Rock al Parque). Entonces, desde la Asociación de Ateos y Agnósticos de Bogotá interpusimos un derecho de petición cuestionando el desperdicio de dineros públicos en una superstición privada.

Al parecer, todos los esfuerzos han dado fruto - en un comunicado de prensa, los responsables de Bogotá Gospel se lamentan que el Distrito no les pague su creencia homófoba y machista:



En días pasados, recibimos comunicación telefónica de la persona delegada para la producción del evento, quien de manera clara y consignada en acta, manifestó que este concierto debía hacerse sin prueba de sonido, con una duración de 3 horas y sin recursos por parte del IDRD para el insumo artístico, recursos que en todos sus años nunca han sido suficiente, pero que gracias a ala disposición y el interés de los artistas por apoyar el evento y a los patrocinadores que creyeron en esta propuesta, suplió las necesidades en su momento.

Mis felicitaciones al Instituto Distrital de Recreación y Deporte. Es gratificante ver que están dispuestos a hacer lo correcto, sin dejarse intimidar por las poderosas mafias cristianas que se han infiltrado en los organismos del Estado -por vía de los partidos paramilitares, además-.

Fieles a su espíritu de predicar pero no aplicar, los cristianos que ya no pueden robarnos nuestros impuestos han salido a decir que no tienen dinero. ¡Pero sí lo tienen! Es sólo que se lo pidan a sus pastores. Los ingresos de la Misión Carismática Internacional, la secta del pastor Castellanos, gana millonadas en concepto de diezmos. Además, cuentan con los salarios de la ya mencionada Clara Sandoval, el concejal y también pastor homófobo Marco Fidel Ramírez y el senador y también pastor homófobo Édgar Espíndola Niño.

¿Por qué no pagan ellos el concierto? Si no están tan convencidos de la idoneidad del mismo, hasta el punto en que no pueden meterse la mano al bolsillo por las ideas que supuestamente defienden, ¿por qué tendríamos que financiarlo los contribuyentes no-evangélicos?

Lo más gracioso de todo, ha sido la reacción de Marco Fidel Ramírez, el pobre concejal que cree que es discriminación.



En las redes sociales, seguimos defendiendo el Estado laico con el hashtag #NoBogotáGospel; su colaboración es bienvenida.

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