En Rusia, el país con delirios de grandeza que busca erigirse como 'alternativa' de potencia al mundo ilustrado, libre e igualitario que más o menos —y con muchas imperfecciones— nos ofrece Occidente, la teocracia sigue vigorosamente fuerte:
En el blog oficial del Departamento de Estado de EEUU, el Embajador en Misión Especial para la Libertad Religiosa Internacional David Saperstein —quien además es rabino— hizo una provocadora recomendación para abolir las leyes que condenan la blasfemia alrededor del mundo:
En 2015, el joven singapurense Amos Yee Pang Sang fue condenado por "ofender sentimientos religiosos" y publicar una imagen del difunto padre del país teniendo sexo con Thatcher (Eww!). Después de una ordalía, Yee fue liberado después de que se comprometió a borrar los videos 'ofensivos' y a no publicarlos de nuevo.
Casi un año después, Amos Yee volvió a ser judicializado por las mismas razones absurdas de la vez pasada:
En la civilización existe el concepto del imperio de la ley: nadie está por encima de la ley y quien la rompa, sin importar quién sea, debe pagar las consecuencias.
En Egipto y demás países dominados por el islam —o en cualquier otra teocracia, realmente—, esgrimir este principio puede costarle el puesto a un Ministro:
Algunas personas creen que el hinduismo y otras religiones orientales no monoteístas son ideologías pacíficas y no suponen ningún peligro — se engañan creyendo una suerte de solución oriental que no existe. Los hindúes, budistas, jainistas y sikh también son propensos a la violencia religiosa y amputar libertades.
De hecho, esta fue una lección que el excapitán del equipo de cricket de India, Mahendra Singh Dhoni, aprendió a las malas:
Hoy se cumple un año del ataque terrorista que los hermanos Kouachi hicieron en las oficinas de Charlie Hebdo en nombre de su pestilente dios. A pesar de que la revista tomó la lamentable aunque comprensible decisión de no volver a dibujar a Mahoma, no habían dicho nada de Alá.
Desde 2013, el blogger saudí Raif Badawi fue sentenciado a 10 años de prisión y 1000 latigazos por el pseudodelito de pedir tolerancia religiosa e igualdad para las mujeres. Después de los primeros 50 azotes la comunidad internacional se pronunció ante el gobierno de Arabia Saudita, lo que consiguió que estos bárbaros aplazaran indefinidamente la ejecución de los 950 azotes restantes.
Ahora, Ensaf Haidar —la esposa de Badawi— cuenta que Arabia Saudita se está preparando para reanudar el castigo físico:
Si bien ese faro ilustrado se apagó para unirse a todas las cobardes voces de medios occidentales que no fueron capaces de defender la libertad de expresión sobre la cual operan, otro se había empezado a encender poco después de la masacre de enero — se trata de Vive Charlie, un semanario digital, cuyos gastos de funcionamiento corren por cuenta de los suscriptores que pagan en su página de Patreon desde un dólar en adelante:
Empezamos el día con una buena noticia. En mayo, el librepensador singapurense Amos Yee Pang Sang, de tan sólo 16 años, fue condenado por "ofender sentimientos religiosos" y publicar una imagen del difunto padre del país teniendo sexo con Thatcher (Eww!). Luego pidieron una evaluación psiquiátrica para determinar si lo enviaban a un reformatorio.