Una de las respuestas más comunes y frustrantes que recibimos los escépticos cuando ponemos en evidencia la estafa detrás de las pseudociencias es la de que si esos tratamientos no funcionan, igual no pueden hacer daño, que entonces por qué le ponemos tanta tiza al asunto — la cosa es que, en primera, hay pseudociencias y tratamientos que sí causan daño directo; y, en segunda, el uso de pseudociencias (tanto si son placebo como como si no) sí tiene efectos en el uso de la verdadera medicina: los pacientes que recurren a la pseudociencia dejan de lado —en mayor o menor grado— los tratamientos reales.
Y, precisamente, eso fue lo que encontró un estudio publicado en JAMA Oncology — los investigadores querían averiguar qué características de los pacientes están asociadas con el uso de la pseudociencias para el cáncer y cuál es la asociación del uso de las mismas con la adherencia al tratamiento y su supervivencia.