Parece ser que Australia es el único país remotamente interesado en juzgar y condenar a los sacerdotes católicos que han cometido abusos sexuales, principalmente contra niños indefensos, y/o han ayudado a encubrir estos delitos — esta semana, el arzobispo australiano Philip Wilson fue encontrado culpable, convirtiéndose en el funcionario del Vaticano de mayor rango alguna vez condenado por estos delitos:
Un tribunal australiano declaró este martes al arzobispo de Adelaida, Philip Wilson, culpable de encubrir casos de pederastia durante la década de 1970, aunque la sentencia será anunciada en una fecha posterior.
El juez del tribunal de Newcastle, Robert Stone, consideró al arzobispo culpable de cuatro casos de encubrimiento de abusos sexuales perpetrados por el fallecido sacerdote James Fletcher. Wilson, que es el miembro de la iglesia católica de mayor rango en el mundo acusado por un delito de encubrimiento de abusos sexuales de menores, se enfrenta a una pena máxima de dos años de cárcel, aunque podrá obtener una condena suspendida, según la cadena local ABC.
La causa principal contra Wilson es por no informar de los abusos cometidos por Fletcher contra un niño de 10 años, identificado como Peter Creigh, en la región de Hunter Valley, cerca de Newcastle, en 1971, cuando tuvo conocimiento de ellos.
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El juez añadió que no admite que Wilson, arzobispo de Adelaida desde 2001 e imputado en 2015, no recuerde una conversación que tuvo con Creigh en 1976 cuando la víctima, que tendría unos 15 años, le describió el abuso perpetrado por Fletcher.
También remarcó que Creigh "no tenía motivo o interés en engañar o inventar la conversación" sobre los abusos de Fletcher, quien fue condenado en 2004 de nueve cargos por abusos sexuales y murió en prisión 13 meses después. "Él sabía que lo que le decía el joven era creíble", precisó Stone, quien señaló que Wilson conocía a la familia de la víctima.
Durante el proceso la defensa argumentó que el arzobispo, quien lleva un marcapasos y se le diagnosticó recientemente Alzheimer, no estaba en condiciones de comparecer ante el juez porque la enfermedad impactaba en sus "funciones cognitivas".
Sabemos que el celibato es un factor determinante en la pederastia católica y su subsecuente encubrimiento — si los legisladores son tan pusilánimes como para no permitir puestos de trabajo que exijan el celibato, por lo menos deberían tener la decencia de prohibir que se deje a menores de edad a solas con líderes religiosos.
Si la justicia se demora tanto en llegar, y ofrece penas irrisorias que palidecen en comparación con el delito, no es descabellado pedir medidas preventivas.
(vía Friendly Atheist | imagen: Arquidiócesis de Adelaida)
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Publicado en De Avanzada por David Osorio
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