Algunos se han alegrado del nombramiento de Angelino Garzón como vicepresidente de la administración Santos. Yo no. Como lo propio de una Banana Republic, Angelino ha aprovechado para volverse una figura mediática que no se pierde ninguna oportunidad de robar cámara.
Su corrección política tendiente al populismo provincial lo perfila como un tipo que, en funciones y a nombre del vicepresidente de la República le pide favores a su amigo imaginario, se agarra con el gobierno que él mismo representa sobre la medición de la pobreza y ahora quiere obligar a los colombianos a perdonar a los victimarios, asesinos, expoliadores, violadores y déspotas ignorantes que han masacrado al país por muchos años. Primero dice que la puerta está abierta para negociar con los terroristas:
Su corrección política tendiente al populismo provincial lo perfila como un tipo que, en funciones y a nombre del vicepresidente de la República le pide favores a su amigo imaginario, se agarra con el gobierno que él mismo representa sobre la medición de la pobreza y ahora quiere obligar a los colombianos a perdonar a los victimarios, asesinos, expoliadores, violadores y déspotas ignorantes que han masacrado al país por muchos años. Primero dice que la puerta está abierta para negociar con los terroristas: