En julio, Charlie Hebdo claudicó ante el terrorismo y decidió dejar de dibujar a Mahoma, para que sus trabajadores pudieran vivir.
Si bien ese faro ilustrado se apagó para unirse a todas las cobardes voces de medios occidentales que no fueron capaces de defender la libertad de expresión sobre la cual operan, otro se había empezado a encender poco después de la masacre de enero — se trata de Vive Charlie, un semanario digital, cuyos gastos de funcionamiento corren por cuenta de los suscriptores que pagan en su página de Patreon desde un dólar en adelante: