Este año, la película colombiana El abrazo de la serpiente fue nominada a los Óscar, lo que tiene a medio país obsesionado con la película —y con apropiarse del crédito de su director, Ciro Guerra, como si alguien más que él y su equipo tuvieran mérito sobre el éxito de la película—. Me gustaría hacer una reseña sobre la película, pero como no la he visto, no puedo decir nada de su contenido — aunque me hago a una idea con la reseña de Héctor Abad Faciolince.
Ahora resulta que los indígenas puinaves están indignados porque Ciro Guerra y su equipo de producción no se sometieron a su superstición cuando estaban grabando: