Hay tantas, pero tantas cosas que ni sé por dónde empezar.
Empecemos por la fiebre anticarros:
En Popayán se impuso una absurda medida que recorta las libertades individuales y establece horarios para las mototaxis. Es el toque de queda de los automotres, mejor conocido como Pico y Placa.
En el Plan Nacional de Desarrollo apareció un artículo para crear un Fondo de Estabilización de Precios de Combustible. No entiendo muy bien qué beneficio traería a los contribuyentes que se cree o no se cree el dichoso Fondo. Igual, en Colombia se pagan de los precios más altos a la gasolina.
Vamos con la corrupción y losnulos avances en las obras:
Los avances en infraestructura están completamente frenados.
Los proyectos para grandes obras avanzan a la velocidad de una película francesa.
Los presupuestos, por supuesto, no coinciden: ahora todas las obras podrían costarnos 10 billones de pesos más de lo inicialmente previsto.
Eso no debería extrañarnos, en vista de lo rentable que resultan los atrasos en las obras (por supuesto, "rentable" nunca es para los contribuyentes). El 60% de las concesiones viales tienen retrasos.
Vamos con la Política y empiezo con el Partido Liberal:
El Partido Liberal ahora funciona como una molesta cadena de Internet. Aunque es una forma de democracia, dijéramos más transparente, es de lo más populista que he visto. Es una nueva modalidad de captación de militantes. Claro que no es de extrañar, si el Presidente del partido hace apología de esa ridícula tradición nacional que pretende negociar con terroristas; formula que, ya deberíamos tenerlo más que comprendido, nos lleva al desastre. Los terroristas no quieren negociar. Viven muy bien como están: con tierras robadas, campesinos desplazados, viviendo del narcotráfico y el terror sembrado.
Ya haciendo mención al resto de partidos políticos, de hecho la totalidad de ellos, el Polo incluido, deciden darle el visto bueno a la exclusión de los abstencionistas del censo electoral. ¿Qué mejor prueba de que a todas esas mafias hambrientas de poder lo único que les importan son los votos porque se traducen en dinero? Mientras todos puedan tener su pedazo de pastel, ¿a quién le importan los derechos civiles?
Las cosas tampoco andan muy bien en Boyacá:
Yo no comería en el restaurante estudiantil de la Universidad UPTC de Duitama. Haya sido infección, afección viral o amebiasis, estoy bien sin ninguna de esas.
También en el departamento de Boyacá, una de la zonas más ricas en agua, hay escasez de agua.
Y si hay alguien a quien le sonríe el destino (de hecho, el Consejo de Estado), es al duopolio de la televisión, en vista de que se suspendió la licitación del tercer canal.
Empecemos por la fiebre anticarros:
En Popayán se impuso una absurda medida que recorta las libertades individuales y establece horarios para las mototaxis. Es el toque de queda de los automotres, mejor conocido como Pico y Placa.
En el Plan Nacional de Desarrollo apareció un artículo para crear un Fondo de Estabilización de Precios de Combustible. No entiendo muy bien qué beneficio traería a los contribuyentes que se cree o no se cree el dichoso Fondo. Igual, en Colombia se pagan de los precios más altos a la gasolina.
Vamos con la corrupción y los
Los avances en infraestructura están completamente frenados.
Los proyectos para grandes obras avanzan a la velocidad de una película francesa.
Los presupuestos, por supuesto, no coinciden: ahora todas las obras podrían costarnos 10 billones de pesos más de lo inicialmente previsto.
Eso no debería extrañarnos, en vista de lo rentable que resultan los atrasos en las obras (por supuesto, "rentable" nunca es para los contribuyentes). El 60% de las concesiones viales tienen retrasos.
Vamos con la Política y empiezo con el Partido Liberal:
El Partido Liberal ahora funciona como una molesta cadena de Internet. Aunque es una forma de democracia, dijéramos más transparente, es de lo más populista que he visto. Es una nueva modalidad de captación de militantes. Claro que no es de extrañar, si el Presidente del partido hace apología de esa ridícula tradición nacional que pretende negociar con terroristas; formula que, ya deberíamos tenerlo más que comprendido, nos lleva al desastre. Los terroristas no quieren negociar. Viven muy bien como están: con tierras robadas, campesinos desplazados, viviendo del narcotráfico y el terror sembrado.
Ya haciendo mención al resto de partidos políticos, de hecho la totalidad de ellos, el Polo incluido, deciden darle el visto bueno a la exclusión de los abstencionistas del censo electoral. ¿Qué mejor prueba de que a todas esas mafias hambrientas de poder lo único que les importan son los votos porque se traducen en dinero? Mientras todos puedan tener su pedazo de pastel, ¿a quién le importan los derechos civiles?
Las cosas tampoco andan muy bien en Boyacá:
Yo no comería en el restaurante estudiantil de la Universidad UPTC de Duitama. Haya sido infección, afección viral o amebiasis, estoy bien sin ninguna de esas.
También en el departamento de Boyacá, una de la zonas más ricas en agua, hay escasez de agua.
Y si hay alguien a quien le sonríe el destino (de hecho, el Consejo de Estado), es al duopolio de la televisión, en vista de que se suspendió la licitación del tercer canal.
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