A pesar de que hay diferencias insalvables, el movimiento ateo tiene muchos parecidos con el movimiento gay. Algunos ateos enclosetados y los no-militantes me recuerdan a un personaje de Milk al que le daba igual todo y que entró al movimiento tras una situación traumática.
Pues con los ateos pasa algo parecido. Los hay temerosos de la religión y respetuosos de las estupideces y estamos los fieros, valientes y contradictores de la superstición en todas sus formas. De vez en cuando alguno de los primeros se vuelve un ateo militante, antagónico de los cuentos de hadas.
El punto de no retorno de John Cole se dio con los ataques contra las mujeres:
Pues con los ateos pasa algo parecido. Los hay temerosos de la religión y respetuosos de las estupideces y estamos los fieros, valientes y contradictores de la superstición en todas sus formas. De vez en cuando alguno de los primeros se vuelve un ateo militante, antagónico de los cuentos de hadas.
El punto de no retorno de John Cole se dio con los ataques contra las mujeres: