Una de mis primeras objeciones a la religión fue que el Diablo, Satanás, no es malo (en ese momento no era ateo y admitía sin mucho problema la existencia de los personajes sobrenaturales de la ficción cristiana). Si el Diablo castiga a los malos, si es el carcelero, ¿cómo así que es 'malo'? ¿No debería el máximo dueño de lo perverso premiar a los 'malos', en vez de castigarlos? (Esto no me ganó puntos con una suegra cristiana fundamentalista que tuve.)
Ahora John Loftus hace un ejercicio mental similar, que me parece que vale la pena reproducir acá:
Ahora John Loftus hace un ejercicio mental similar, que me parece que vale la pena reproducir acá: