lunes, 24 de marzo de 2014

Las lecciones de mi padre - Nathan Phelps



La semana pasada murió Fred Phelps, fundador de la iglesia bautista homófoba de Westboro, que tiene por costumbre interrumpir los funerales de las personas LGBTI detallando cómo van a arder en el Infierno - ¡amor cristiano puro!

Estas son las palabras de Nathan Phelps, el hijo del pastor, que hace parte de Recovering From Religion:



Fred Phelps ahora es el pasado. El presente y el futuro son para los vivos. Por desgracia, las ideas de Fred no han muerto con él, sino que sobreviven, no sólo entre los miembros de la Iglesia Bautista de Westboro, sino entre las muchas comunidades y mentes pequeñas que se niegan a reconocer la igualdad y la humanidad de nuestros hermanos y hermanas en este pequeño planeta que compartimos. Lloraré su muerte, no por el hombre que era, sino por el hombre que pudo haber sido. Lloro profundamente la pena y el dolor que sintieron los miembros de mi familia a quienes se les negó el derecho a visitarlo en sus últimos días. Se merecían el derecho de tener finalmente cierre a décadas de rechazo, y les fue robado.

Aún más, lloro las injusticias en curso contra la comunidad LGBTI, el infortunado blanco de su campaña de odio de 23 años. Su vida impactó a muchos fuera de los muros de las instalaciones de la IBW, uniéndonos a través de todos los espectros de la orientación y la creencia a medida de que nos dábamos cuenta de que nuestra fuerza radica en lo que tenemos en común, y no en nuestras diferencias. ¿Cuántas veces se han levantado las comunidades juntas en un muro unido contra el acoso a mi familia? Las diferencias se han hecho a un lado por esa causa, esfuerzos conjuntos tremendos y amorosos movilizados en cuestión de horas... y por eso, le pido a este de todos – dejen que su muerte signifique algo. Que cada mención de su nombre y de su iglesia sea un recordatorio constante del tremendo bien que todos somos capaces de hacer en nuestras comunidades.

Las lecciones de mi padre no fueron exclusivas de él, ni será esto lo último que escuchemos de sus palabras, que se repiten desde púlpitos tan cercanos como los de otras iglesias en Topeka, Kansas, donde permanece la sede de la IBW, y tan lejanos como Uganda. Terminemos con el apoyo a las enseñanzas de odio y división que describen a la comunidad LGBTI como "menos que", "pecado", o "anormal". Abracemos a la comunidad LGBTI como nuestros iguales, nuestros verdaderos hermanos y hermanas, mediante la promoción de la igualdad de derechos para todos, sin excepción. Mi padre era un hombre de acción, y les imploro que todos abracemos esa pequeña porción de su defectuoso legado haciendo lo mismo".

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