jueves, 13 de marzo de 2014

No, no respetaré tus creencias



Aquí no respetamos creencias y con buen motivo, pero nunca falta el creyente (o incluso el ateo que defiende el privilegio religioso) que exige que respete las creencias religiosas.

Jack Vance explica en Atheist Revolution lo que esconde esta exigencia:

Creo que lo que él o ella persigue es un cambio en mi comportamiento. Entonces, ¿a qué se parece este cambio? ¿Qué quiere el creyente verme hacer de manera diferente para proporcionar evidencia de un aumento de mi respeto por sus creencias?

Me parece que en realidad sólo hay una cosa que el creyente religioso quiere ver que cambio en mi comportamiento: un cese en la crítica a sus creencias religiosas. "Respeta mis creencias religiosas" es poco más que una exigencia de silencio. Se trata de silenciar la disidencia y la crítica. Es una petición de que ya no ejerza mi derecho a la libertad de expresión cuando se trata de las creencias religiosas en cuestión. El creyente que exige respeto a sus creencias religiosas está exigiendo que el resto de nosotros le concedamos el privilegio de que esas creencias no sean examinadas críticamente.

No faltarán las acusaciones de intolerancia. Lo siento, lo intolerante es exigir que el otro se calle; lo tolerante, en cambio, es aceptar que toda creencia es susceptible de ser criticada, burlada, mofada y puesta en duda.

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