jueves, 17 de abril de 2014

¿Por qué es tan especial la pasión de Cristo?



Leyendo Contra todos los dioses de A.C. Grayling me encontré con esta reflexión sobre el sufrimiento de Jesús (pg 51):

A propósito del sufrimiento, me gustaría aprovechar para señalar que es comprensible que se rememoren todos los sufrimientos de Jesús, como la tortura y la espantosa muerte, infligidos (según cuentan los supuestos testimonios) en menos de veinticuatro horas, porque fueron efectivamente horribles, pero cada día de la semana millones de mujeres sufren más y durante más tiempo, a causa del parto. Y asimismo, las víctimas de la tortura en las cárceles de regímenes tiránicos (y, desgraciadamente, también en las cárceles de algunos democráticos) padecen mayores y más prolongados sufrimientos. Entonces, ¿por qué es especialmente significativo el sufrimiento de la figura fundacional del cristianismo? La flagelación y la posterior crucifixión era el castigo reservado especialmente a los que atentaban o se rebelaban contra el Imperio, y cientos de personas murieron de este modo: tras la revuelta de los seguidores de Espartaco, podía verse a los rebeldes crucificados a los dos lados de una de las vías de acceso a la ciudad de Roma, a lo largo de varias millas. ¿Deberíamos "adorar" a Espartaco? A fin de cuentas, ansiaba liberar a los esclavos de Roma: era una causa noble y justa, y arriesgó su vida para conseguir hacerla realidad.

Bueno, en algún punto la Iglesia necesitó justificar su sadomasoquismo y el cuentico del zombie judío les vino como anillo al dedo para darle rienda suelta al desprecio por la carne, el cuerpo y la existencia.

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