Cuando Japón cerró su última planta de energía nuclear hubo un montón de personas que salieron a celebrar esa pésima y equivocada decisión.
Ahora, esa gente ha incrementado el número de adeptos que salen a la calle para pedir la renuncia definitiva a esta forma de energía:
Ahora, esa gente ha incrementado el número de adeptos que salen a la calle para pedir la renuncia definitiva a esta forma de energía: