Un sacerdote que están investigando por -adivinen- pederastia evadió a la justicia colombiana con la excusa más ridícula y estúpida con la que se haya encontrado cualquier funcionario público del mundo.
El prelado se negó a quitarse el hábito para ponerse la ropa de recluso, como le corresponde, y ya, todos tan tranquilos:
El prelado se negó a quitarse el hábito para ponerse la ropa de recluso, como le corresponde, y ya, todos tan tranquilos: