Sé que las redacciones de los diarios nacionales están suscritas a las agencias de noticias y tienen acceso a ingentes cantidades de noticias científicas todos los días.
Pero El Espectador hace esfuerzos descomunales para promover prácticas salvajes e inhumanas. Ya habían promovido la circuncisión de una manera estúpida y anticientífica y ahora lo han vuelto a hacer:
Lo que es peor, ese diario sólo publicó una parte de la información (por cierto, la información que promueve estupideces incivilizadas, supersticiosas, bárbaras y salvajes), cuando esta decisión tiene graves fallas y una oposición importante (por parte de personas serias, que ponen los derechos de los niños por encima de la corrección política):
Vergüenza debería darle a El Espectador y si van a andar dándole rienda suelta a las estupideces religiosas y vestirlas como ciencia, gracias a estudios que no cumplen con los mínimos estándares básicos del más sencillo proceder científico, deberían reconsiderar mejor no publicar nada que tenga que ver con ciencia y despedir a todos los periodistas que tengan en ese rubro.
Le harían un mayor servicio a sus lectores, en vez de andar promoviendo el salvajismo gracias a sus instintos buensalvajistas.
Pero El Espectador hace esfuerzos descomunales para promover prácticas salvajes e inhumanas. Ya habían promovido la circuncisión de una manera estúpida y anticientífica y ahora lo han vuelto a hacer:
Aplicar la circuncisión en los recién nacidos tiene más ventajas para la salud que riesgos para el paciente, según aseguró la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP), en un país donde el 55 % de los varones son circuncidados al poco tiempo de nacer.
Tras años de neutralidad sobre el asunto, los pediatras de EE.UU. se posicionaron por primera vez a favor de esta práctica, ya que "los beneficios de la circuncisión masculina en recién nacidos son mayores que los riesgos", y abogaron por la inclusión en los seguros médicos de esta práctica en la zona genital.
Lo que es peor, ese diario sólo publicó una parte de la información (por cierto, la información que promueve estupideces incivilizadas, supersticiosas, bárbaras y salvajes), cuando esta decisión tiene graves fallas y una oposición importante (por parte de personas serias, que ponen los derechos de los niños por encima de la corrección política):
Los críticos, sin embargo, no estaban convencidos. Ellos comparan el procedimiento a la mutilación genital.
"No tenemos derecho como padres o como médicos o adultos a desvestirlos hacia abajo y cortar una parte normal de su cuerpo. Hacer esto es una violación de los derechos humanos y una parodia ética", dice Chapin Georgeanne del grupo anti-circuncisión Intact América.
Chapin y otros críticos argumentan que la evidencia científica es cuestionable. Por un lado, los estudios sobre el VIH sólo se han hecho en África, donde el sida es mucho más común entre los heterosexuales.
"Están escogiendo a dedo su evidencia", dice ella. "Actúan como si hubiera este enorme cuerpo de literatura. Es todo el mismo par de estudios que se han regurgitado y reprogramado. Durante los últimos 150 años, todo tipo de beneficios médicos han sido propuestos como resultado de cortar el prepucio, y han sido refutados".
Los críticos también cuestionan la seguridad del procedimiento, diciendo que demasiados chicos son dañados de por vida por circuncisiones chapuceras.
Vergüenza debería darle a El Espectador y si van a andar dándole rienda suelta a las estupideces religiosas y vestirlas como ciencia, gracias a estudios que no cumplen con los mínimos estándares básicos del más sencillo proceder científico, deberían reconsiderar mejor no publicar nada que tenga que ver con ciencia y despedir a todos los periodistas que tengan en ese rubro.
Le harían un mayor servicio a sus lectores, en vez de andar promoviendo el salvajismo gracias a sus instintos buensalvajistas.
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