Costa Rica es un país que tiene como religión oficial el catolicismo.
Por eso resulta aún más valiente que el gobierno se esté enfrentando a la cúpula católica del país por la educación sexual.
Los purpurados gimotean porque no se adoctrina a los niños en la ignorancia:
La defensa de la libertad de cultos que hizo el Ministro de Educación debería ser el modelo más diplomático de los estados presuntamente laicos:
Aunque ciertamente resulta ofensivo que el ateísmo sea algún tipo de acusación:
¿El ateísmo es recurrir al miedo? Eso es bajo. Lástima que el Garnier no sepa que la mala imagen del ateísmo se le debe a la estigmatización sistemática que han hecho de él las instituciones que venden superstición y miedo como la Iglesia Católica.
A lo mejor, también debería cuestionarse esa difamación en las aulas de clase.
Por eso resulta aún más valiente que el gobierno se esté enfrentando a la cúpula católica del país por la educación sexual.
Los purpurados gimotean porque no se adoctrina a los niños en la ignorancia:
Los obispos consideran el programa como "gravemente dañino para los adolescentes" porque "nunca se nombra a Dios" y porque su contenido es "descaradamente hedonista".
"La educación de valores tan altos como la afectividad y la sexualidad no pueden ser considerados neutros, es decir, desvinculándolos de la dimensión propiamente religiosa, como sí lo son las matemáticas o la geografía", indica el pronunciamiento de los prelados.
También criticaron el "enfoque descaradamente hedonista" del programa y "la insistencia en la ideología de género y en la diversidad sexual como construcción cultural" que se trata "más de propaganda que de educación".
La defensa de la libertad de cultos que hizo el Ministro de Educación debería ser el modelo más diplomático de los estados presuntamente laicos:
Por su parte, el ministro de Educación, Leonardo Garnier, defendió los programas educativos y declaró a medios locales que la sexualidad "debe generar placer y debe ser responsable".
"No entiendo cómo se pueden dar clases de educación sexual sin mencionar el placer. Es como dar clases de gastronomía sin hablar del gusto por la comida", manifestó el ministro.
También dijo que suponer que un programa de educación sexual debe mencionar a Dios "es un poco extraño" y enfatizó en que para tratar temas religiosos están los cursos de educación religiosa.
Aunque ciertamente resulta ofensivo que el ateísmo sea algún tipo de acusación:
"Decir que un programa es ateo porque no se menciona a Dios, es como decir que la matemática es atea. Levantar la bandera del ateísmo es recurrir al miedo", apuntó el ministro.
¿El ateísmo es recurrir al miedo? Eso es bajo. Lástima que el Garnier no sepa que la mala imagen del ateísmo se le debe a la estigmatización sistemática que han hecho de él las instituciones que venden superstición y miedo como la Iglesia Católica.
A lo mejor, también debería cuestionarse esa difamación en las aulas de clase.
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