• Se sigue acumulando la evidencia de que
Uribe negoció con las Farc, no fue ni es su enemigo. Incluso echó a la basura
más de mil millones de pesos de los contribuyentes para regalarles una
zona desmilitarizada del país y les ofreció
puestos en el Congreso. Además, también se metió en la cama con el grupo terrorista ELN, y
autorizó sus viajes a Cuba sin que fueran ejecutadas las órdenes de captura.
Esos son hechos. En la práctica, significa que
nunca ha habido un gobierno que cumpla con su obligación de perseguir a los criminales. Siempre hemos tenido cobardes, pusilánimes y apocados timoratos que negocian con terroristas y liberan a sus cabecillas. Mejor dicho: Pastrana I, II, III, IV y V. Después de esto, el uribismo tuvo el descaro de acusar al presidente Santos de "
claudicar ante las Farc". ¡Con dos cojones —los que no tuvieron para combatir el terrorismo—!