Ángel Moyano es el Director Ejecutivo de la
Sociedad Secular y Humanista del Perú y hoy cumple una sentencia tras las rejas de una prisión de máxima seguridad, aunque es inocente.
Su único 'delito' fue tener de vecino a un sacerdote gilipollas.
Todo empezó cuando Moyano y su esposa compraron un terreno y construyeron su casa ahí. Cuando la construcción terminó, tuvieron el dudoso honor de conocer a su vecino,
Giuseppe Cressano, un sacerdote católico que les reclamó por, supuestamente, haberse apropiado de parte de su terreno. La agresividad del cura escaló a tal punto que Moyano y su esposa
tuvieron que pedir medidas cautelares para evitar las agresiones físicas del religioso.
Moyano solicitó la
inspección de los predios, así que cuando se produjo la visita fue a avisarle a Cressano, quien
lo recibió con amor cristiano en forma de insultos y lanzándole piedras, profundizando el altercado entre vecinos.
A los seis meses, Moyano fue
condenado a prisión por el delito de difamación (?):