En los últimos años, el populismo ha dejado de ser un fenómeno exclusivo de la política local de tropicales repúblicas bananeras, y ha ganado bastante tracción en los países civilizados, donde es visto y promovido por algunos como algo legítimo e, incluso, hasta deseable — posiblemente Steve Bannon es su promotor más reconocido en el mundo.
Los promotores del populismo lo impulsan como un saludable correctivo a los presuntos males de la democracia, y algunos llegan a afirmar que, incluso, el populismo es directamente una alternativa a la democracia. Porque de alguna forma, las injusticias se van a corregir si uno vota guiado por el odio y la desesperación, o algo.
Pues Yascha Mounk, profesor de Asuntos Internacionales de la Escuela Johns Hopkins de Estudios Internacionales Avanzados, y la doctora en ciencia política Jordan Kyle se propusieron responder si los populistas dañan la democracia o si son, de hecho, un saludable correctivo. Como "populismo" puede significar diferentes cosas para diferentes personas, Mounk y Kyle seleccionaron 66 revistas especializadas y revisadas por pares en temas de ciencias políticas, sociología y estudios regionales; identificaron todos los artículos publicados en estas revistas sobre populismo, así como a los líderes políticos vinculados con el populismo; luego examinaron cada posible caso de estudio de individualmente, consultándolo con expertos locales. Al final, en su definición, los gobiernos populistas están unidos por dos reivindicaciones fundamentales: (1) Las élites y los "extranjeros" trabajan en contra de los intereses del "verdadero pueblo", y (2) puesto que los populistas son la voz del "verdadero pueblo", nada debe interponerse en su camino.
Así, identificaron a 46 líderes populistas o partidos políticos que han estado en el poder en 33 países democráticos entre 1990 y 2018, y usando esa base de datos pudieron empezar a arrojar luz de forma rigurosa y empírica sobre la tensión entre populismo y democracia, a escala global. Sus hallazgos no son nada halagadores para los populistas — el populismo produce graves daños a la democracia: