Tomado de Society for Science-Based Medicine:
Mi pregrado, de nuevo en la Edad Media, fue en Física. Recuerdo estudiar todos los tipos de energía, la capacidad para realizar un trabajo:
• Cinética (≥0), la del movimiento de un cuerpo
• Potencial, una categoría que comprende muchas formas en esta lista
• Mecánica, la suma de energías cinética y potencial (por lo general macroscópicas)
• Onda mecánica (≥0), una forma de energía mecánica propagada por las oscilaciones de un material
• Química, la contenida en las moléculas
• Eléctrica, aquella de los campos eléctricos
• Magnética, aquella de los campos magnéticos
• Radiante (≥0), la de la radiación electromagnética, incluyendo la luz
• Nuclear, la de nucleones que se unen para formar el núcleo atómico
• Ionización, el de la unión de un electrón a su átomo o molécula
• Elástica, la de la deformación de un material (o su recipiente) mostrando una fuerza restauradora
• Gravitacional, la de los campos gravitatorios
• En reposo, (≥0) el equivalente a la masa de un objeto en reposo
• Térmica, un equivalente microscópico y desordenado de la energía mecánica
• El calor, una cantidad de energía térmica que se transfiere (en un proceso dado) en la dirección de la disminución de la temperatura
• Mecánica, trabajar una cantidad de energía que está siendo transferida en un proceso dado debido al desplazamiento en la dirección de una fuerza aplicada
Hay un montón de diferentes tipos de energía. ¿Cuál no está en esta lista? Todas las energías no medidas y no medibles que definen muchas de las pseudo-medicinas. El qui, la inteligencia innata, el reiki, el toque terapéutico, etc. Todas las energías místicas y mágicas que supuestamente sienten y son manipuladas por sus practicantes.
Tenemos la increíble capacidad de medir la energía. Todavía podemos detectar la señal de la nave espacial Voyager, a 11 mil millones de kilómetros, que transmite con la potencia de una bombilla de refrigerador. Pero, de alguna manera, las energías alteradas y manipuladas por los proveedores pseudomédicos nunca se han medido o no se ha constatado que existan fuera de la imaginación del proveedor pseudomédico.
Un estudio sencillo y elegante, de una niña de nueve años para su proyecto de ciencias de 4º grado, demostró claramente la incapacidad de los practicantes de energía para detectar campos de energía humana. Los resultados, jamás refutados por otros estudios, fueron publicados en el Journal of the American Medical Society.
Este resultado no debería sorprendernos, ya que no hay razones anatómicas, fisiológicas o bioquímicas para sospechar que tal energía existe y no hay un mecanismo o estructura para transmitir o utilizar el campo energético humano. El campo energético humano es una fantasía.
Si este artículo no les dañó el flujo de los chacras, compártanlo con sus contactos.
(vía Ana Vélez | imagen: Pexels)
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