Hace unas semanas el ministerio de Salud y Protección Social expidió el protocolo para eutanasias en Colombia —lo que causó lloriqueos de la Iglesia Católica y que amenazaran con negarle el servicio de salud a todos los pacientes en todos sus hospitales—.
Don Ovidio González —padre del caricaturista Matador— fue la primera persona que aplicó a la eutanasia después de la expedición del protocolo. Su eutanasia fue negada (de las pocas cosas por las cuales no lo matan a uno en Colombia — cuando el dolor es insoportable y uno se quiere morir) y tuvo que interponer una tutela que obligó a la realización del procedimiento. Finalmente, don Ovidio murió el viernes a las 9:33 a.m.
Todos los medios han dicho que esta es la "primera eutanasia legal del país" y, en otros, como la Deutsche Welle, han sugerido que es la primera eutanasia de América Latina.
Con este breve post no quiero causar controversia, sólo señalar la imprecisión de esos términos. Con ponencia del difunto Carlos Gaviria, la eutanasia ha sido legal en Colombia desde 1997 —sólo que no estaba regulada—. De hecho, la eutanasia ha sido tan legal en Colombia que verdaderos héroes como Gustavo Quintana la han aplicado desde mucho antes de que el Ministerio expidiera la resolución. Para el 2012 (tres años antes del protocolo), Quintana ya había realizado más de 100 eutanasias en Colombia — todas legales.
Ya que tocamos el tema, es bueno saber que el sufrimiento de don Ovidio terminó y que él pudo elegir de manera libre e informada sobre su cuerpo y sobre su vida, y que no pudieron imponerle creencias ajenas para obstaculizar el ejercicio de su derecho fundamental.
(imagen: Tube via photopin (license))
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